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La mayor parte de la enseñanza moderna de profecías tiene como fundamento la semana 70 de Daniel. Muchos enseñan que Dios detuvo su "reloj" y empujó la semana 70 hacia el futuro para establecer una "Era de Gracia" para los "gentiles". A menudo se enseña que la semana 70 comenzará con el Rapto, el surgimiento de un Anticristo, el comienzo de la Tribulación y el cumplimiento de la mayor parte del libro de Apocalipsis. Todas estas enseñanzas se basan en una comprensión incorrecta de la historia. Este libro reconstruye los fundamentos de la historia y muestra cómo la enseñanza de la profecía debe modificarse para ajustarse a la historia.
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Los dispensacionalistas modernos han enseñado que tiene que haber un tiempo de siete años de destrucción y juicio. Es principalmente basado en la noción que el reloj paró para Israel cuando Jesús fue crucificado. El “reloj” paró supuestamente porque los judíos rechazaron al Mesías, y por eso Dios impuso una interina “era de la gracia" para enfocar en los "gentiles".
Se dice que el fin del período "gentil" acaba con su "rapto" al mismo momento en que la 70ª semana de Daniel empieza, y la "gran tribulación" comienza. Algunos dicen que el anticristo vendrá al principio de la tribulación de los siete años, mientras otros creen que él vendrá en el medio de la tribulación.
Esta idea que el “reloj” detuvo al principio de la septuagésima semana de Daniel (o en el medio de ella) es totalmente dependiente de que todavía las Setenta Semanas de Daniel no se habían cumplido en su totalidad. Presupone que Jesús fue crucificado en el medio de la septuagésima semana, y que esto paró el reloj de Dios de la historia, para ser reasumido al final de la “era de gracia". Pero la historia demuestra que Jesús fue crucificado al final de la septuagésima semana de Daniel, así que nadie puede usar la septuagésima semana propia de Daniel para probar la tribulación.
¿Y qué sobre la idea de la misma tribulación? ¿Todavía habrá un tiempo de tribulación, si basada en la opinión dispensacionalista o no? En ese caso, ¿cuándo es? ¿Cuánto tiempo dura? ¿Cuál es su propósito?
Un lugar bueno para empezar es escudriñar las leyes de tribulación encontradas en Levítico 26 y Deuteronomio 28. Es según estas leyes y por las razones declaradas en ellas que Dios ha traído juicio sobre Israel a lo largo de la historia.
Levítico 26.1-13 primero anota las bendiciones para la obediencia a la ley divina. Entonces en versículos 14-16 nosotros leemos,
14 Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, 15 y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, 16 yo también haré con vosotros esto…
A continuación es una lista larga de juicios divinos por negarse a obedecer la ley de Dios y por ser "hostil" contra Dios. A los varios puntos en el texto Israel fue dicho que si ellos permanecieran hostiles a Dios, Dios los juzgaría "siete veces", como, por ejemplo, leemos en los versículos 23 y 24,
23 Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, 24 yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.
Israel incluso podría terminar en cautividad en las tierras extranjeras, si ellos seguirían negando obediencia a Dios. Levítico 26.33,
33 y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades.
En un pasaje paralelo en Deuteronomio 28.48, esto se llama "un yugo de hierro". Una vez en cautividad, la única manera de acabar el juicio divino es arrepentirse. Levítico 26.40-42 dice,
40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41 yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. 42 Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra.
Note que requiere arrepentimiento de su hostilidad a Yahvéh, el Legislador o Dador de la ley, antes de que Dios invirtiera su cautividad. Ser hostil hacia Jesús es ser hostil hacia Yahvéh.
Primero es importante reconocer que Yahvéh en el AT fue encarnado en Belén como Yeshúa, o Josué (Jesús). El nombre hebreo significa "salvación" y aparece a menudo en la Escritura. Por ejemplo, cuando Simeón vio al bebé Jesús, después de haber tenido la revelación anterior, él dijo en Lucas 2:29 y 30,
29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación [Yeshúa],
Simeón entendió por la revelación en la Palabra que el Mesías sería nombrado Yeshúa, y había sido revelado que él vería al Mesías antes de que él muriera. Así, cuando María y José trajeron a Yeshúa-Jesús al templo, Simeón estaba esperando, porque él supo que El sería llevado al templo según la ley.
Jesús también sabía que las Escrituras profetizaron de El por nombre. En Juan 7.37 Jesús dijo, " (37) “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Esta era una referencia a Isaías 12:2, 3, diciendo,
2 He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. 3 Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.
En otras palabras Yahvéh llego a ser Yeshúa, de Quien podemos sacar el agua del Espíritu Santo para que también podamos llegar a ser manantiales de agua viviente. Isaías realmente estaba citando de Exodo 15.2 diciendo,
2 Jehová [Yahvéh] es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. [Yeshúa] Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Desde que Yahvéh fue el que dio la ley a Moisés, es evidente que la ley fue dada a Israel por el Uno después conocido como Jesucristo. Por lo tanto, en las leyes de tribulación, vemos que cuando Israel actuó con "hostilidad" contra Yahvéh, ellos realmente estaban actuando con hostilidad contra Yeshúa, Jesucristo.
Esta es la razón para la tribulación, y la única manera de reversar esa tribulación sería dejar de ser hostil a Yeshúa-Jesús. No hay ninguna manera de entender la razón de verdad para la tribulación hasta que nosotros veamos que todo está compuesto en dejar la hostilidad hacia Jesucristo.
El sionismo moderno, por otro lado, busca regresar a la tierra vieja y reclamarla mientras todavía en un estado de hostilidad contra Yeshúa. Ellos afirman ser seguidores de Yahvéh, claro que sí, pero si ése fuera el caso, Dios nunca los habría expulsado de la tierra y tampoco no habría destruido Jerusalén en 70 d.C. Leemos en 1 Juan 2.22, 23,
22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
De un punto de vista del NT, uno no puede afirmar el Padre (Yahvéh) sin confesar el Hijo (Yeshúa). Ellos son el mismo. La hostilidad hacia Yeshúa es hostilidad hacia Yahvéh, si ellos lo comprenden o no. Y por lo tanto la razón para la dispersión judía bajo las leyes de tribulación no ha estado resuelta hasta hoy. Levítico 26 le hace claro que Dios SOLO recordaría Su pacto CUANDO Israel confesara su hostilidad a Yahvéh-Yeshúa-Jesús.
La mayoría de las profecías en Mateo 24 trata específicamente con la tribulación que rodea la revuelta judía de 66-73 d.C. Esto empezó mientras las personas estaban caminando a Jerusalén para asistir a la fiesta de los Tabernáculos en 66 d.C. La gente luchó y casi destruyeron la 7ª Legión de Roma, que entonces provocó una represalia de Roma.
Muchos de los zelotes judíos pensaron que Dios se obligaría a salvarlos y Su templo, y por eso ellos fueron determinados de luchar al fin. Su celo demostró ser desastroso. Sin embargo, cristianos se acordaron lo que Jesús había dicho en Sus advertencias en Mateo 24. Cuando había una calma en la lucha en 68 d.C., debido a la muerte de Nerón, los cristianos dejaron a Jerusalén y radicaron al aquel lado del río de Jordán en el pueblo de Pella. Leemos de esto en la Historia de la Iglesia por Eusebio, el obispo del 4º siglo de Cesarea,
"Además, los miembros de la iglesia de Jerusalén, por medio de un oráculo dado allí por revelación a personas aceptables, fueron ordenados a salir de la ciudad antes de la guerra empezó y establecerse en un pueblo en Peraea llamado Pella".
Una historia más completa de esta revuelta y la destrucción de Jerusalén puede encontrarse en mi libro, Lecciones de la Historia de la Iglesia, Volumen 2 titulado, “Las Revueltas Judías”.
Ciertas escuelas filosóficas enseñan que la totalidad de Mateo 24 fue cumplida en la destrucción de Jerusalén de 66-73 d.C. Ellos no toman en cuenta el hecho que Jerusalén ha sido reconstruida (más de una vez desde entonces) y que esto significa que Jerusalén tendrá que sufrir otro tiempo todavía de tribulación que completará la revelación de Jeremías. Acuerde que el profeta fue mandado a tomar la vasija vieja de barro y a quebrarla en gehena [valle del hijo de Hinón]. Leemos en Jeremías 19.10, 11,
10 Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo, 11 y les dirás: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más…
En los días de Jeremías, la ciudad fue destruida, pero luego fue “reparada” bajo Nehemías. Fue destruida por los romanos en 70 d.C., pero después fue reconstruida. Es hoy una ciudad funcionando a partir de esta escritura, habiendo sido reparada múltiples veces durante los siglos.
Por lo tanto, la profecía de Jeremías tiene todavía un último cumplimiento. Por esta razón, Jerusalén todavía de nuevo tiene que ser destruida, después de que el experimento sionista ha seguido su curso.
¿Será de nuevo esta vez un tiempo de siete años de tribulación, como fue en el primer siglo? Yo no sé, pero si así, será porque el modelo ha sido fijado en el primer siglo—y no porque la septuagésima semana de Daniel fue tardada. Sí, sabemos que la historia profética tiende a repetirse, así que es posible que un período de tribulación de siete años surja como vimos de 66-73 d.C. Pero Isaías 29.5, 6 parece indicar una destrucción repentina por dispositivo nuclear, y Pablo parece confirmar esto en 1 Tesalonicenses. 5:3.
La cosa más importante para ver es que Jerusalén está en lista para la destrucción absoluta. Cuánto tiempo que toma no es el factor importante. La enseñanza dispensacionalista que dice que Jerusalén será la capital del Reino de Dios en la edad venidera no toma cuenta de la profecía de Jeremías de la destrucción absoluta sobre Jerusalén. Más allá, cuando estudiamos la discusión de Pablo de los dos pactos en Gálatas 4, vemos que la Jerusalén actual es "Agar", que tiene que ser echada fuera. Agar nunca puede producir el reino de Dios, porque Ismael no es el heredero de las promesas (Gálatas 4.30).
Un rasgo primario en las leyes de tribulación es el uso del término yugo como una metáfora para cautividad o esclavitud. Deuteronomio 28.48 prometió que si la nación rebelara contra Dios, El impondría sobre ellos "un yugo de hierro". Esto es definido como la guerra, destrucción y deportación por una nación extranjera. Moisés no dice nada de un yugo de madera, sino lo deja a Jeremías para revelarlo totalmente.
Dios le dijo al profeta que pusiera un yugo de madera en su cuello y diera una vuelta por la ciud ad con una palabra de profecía (Jeremías 27.2). La palabra se resume en versículo 11,
11 Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y la labrará y morará en ella.
El juicio ya había sido decretado (Jeremías 7.1-16) basado en que el templo se había convertido en una cueva de ladrones (una casa segura para proteger a las personas de la ley de Dios). La gente entonces fue dada una opción del yugo de madera o el yugo de hierro. Si ellos someterían al juicio divino, ellos pudieran servir su sentencia en la tierra vieja bajo el yugo de madera, como sus antepasados habían hecho en todas las cautividades en el libro de Jueces. Si no, ellos serían deportados bajo el yugo de hierro.
Jeremías fue resistido por la mayoría de los profetas del templo y sacerdotes, y finalmente, el profeta Hananías quebró el yugo que Jeremías había estado llevando. Jeremías 28.10 dice,
10 Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías, y lo quebró.
Entonces Dios habló a Jeremías con un nuevo veredicto en versículo 13,
13 Ve y habla a Hananías, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de madera quebraste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro.
El profeta entonces escribió una carta para instruir al pueblo cómo vivir mientras estuvieran en exilio en Babilonia bajo el yugo de hierro. (Vea Jeremías 29.) Esta cautividad era más difícil que podría haber sido, si las personas hubieran obedecido el juicio divino. Sin embargo, ellos se negaron a admitir que ellos eran equivocados. Ellos insistieron que Dios siempre lucharía en el lado de Sus "escogidos", y que El nunca permitiría que Su templo fuera destruido.
En Jeremías 23 Dios reveló al profeta que había dos tipos de personas en Jerusalén, ilustrado por dos cestos de higos. Un cesto tenía higos muy buenos, y el otro cesto tenía higos muy malos. Los higos buenos representaron aquéllos que sometieron al rey de Babilonia, a sabiendas que ésta era la voluntad de Dios. Los higos malos se negaron.
Y así la gente de Judá y la ciudad de Jerusalén fue deportada a Babilonia bajo un yugo de hierro por setenta años.
Mientras tanto, Daniel (uno de los higos buenos) recibió una revelación que esta cautividad iba a ser de una duración muy larga y extendería por cuatro imperios: Babilonia, Persia, Grecia y Roma.
En otras palabras, la cautividad babilónica únicamente sería la primera etapa de tribulación para Judá. Después de la caída de Babilonia, los persas vinieron, y esto marcó la terminación de la cautividad del “yugo de hierro” para los judíos. Esto no fue la terminación de la cautividad, porque ellos quedaron bajo la autoridad del rey de Persia. Empero, ellos podían regresar a la tierra vieja y reconstruir Jerusalén mientras quedando bajo el juicio más ligero del yugo de madera.
Esta condición siguió después de Grecia tomó Jerusalén en 332. Años después en 163 a.C. los judíos derrocaron al imperio griego seléucido después de Antíoco Epífanes profanó el templo y Dios les cedió a los judíos un siglo de independencia. Su período de independencia era de 163-63 a.C.
Entonces, los romanos tomaron el control de Jerusalén y la era del “reino de hierro” comenzó. Los judíos quedaron bajo el yugo de madera de Roma hasta que se rebelaron en el primer siglo. La rebelión de los higos malos entonces trajo el yugo de hierro sobre la nación de nuevo y fueron dispersados por las naciones hasta el 20º siglo.
Esto es el perfil básico de la historia de tribulación. A menos que veamos la historia de tribulación en el contexto de la ley bíblica, las profecías de la tribulación probablemente serán mal entendidas y aplicadas.
Antes hicimos una referencia a una declaración de tribulación en Levítico 26.24 en cuanto a “siete veces”. Si Israel fuera a botar la ley de Dios entonces Dios le castigaría a la nación siete veces. La mayoría de gente imagina que la intensidad del juicio siendo aumentada siete veces. Pero Daniel interpreta esto como un aumento de duración, en vez de intensidad. El “cuerno pequeño” de Daniel 7.25 fue dado un período de tiempo de “hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”, lo cual es la mitad de “siete veces”.
En Apocalipsis, Juan nos da la más clara definición de este “cuerno pequeño”, definiéndolo como “cuarenta y dos meses” (Apocalipsis 13.5) Un “tiempo” entonces es doce meses, o 360 días, hablando proféticamente 360 ANOS en profecía de largo tiempo.
Siete veces, entonces, son 2,520 años (7 x 360). Por esta razón, podemos ver los eventos bíblicos más importantes llegando a sus conclusiones después de los 2,520 años. Como mostré en mi libro, La Historia Profética de los Estados Unidos, todos los eventos importantes en la historia moderna, comenzando en 1776, ocurren en ciclos de 2,520 años.
La “tribulación” de Israel comenzó de 745-721 a.C., cuando comenzaron a ser conquistado y deportado por los asirios. La conquista de las primeras tribus empezó en 745 a.C., pero la caída verdadera de Samaria (la ciudad capitaleña de Israel) ocurrió en 721 a.C. Esto empezó:
La conexión entre Israel y América generalmente no se conoce, porque la mayoría de las personas han sido enseñadas que los judíos son Israel. Pero los ciclos de tiempo no mienten. Tiempo es el gran conector y establece más verdad que la gente comprende. La dispersión de Israel en Asiria empezó a terminarse con la declaración de independencia en América donde las llamadas "tribus perdidas" empezaron a ser una vez más reunidas. Secundariamente, de la destrucción de la ciudad capitaleña de Israel (Samaria) a la construcción de la capital de América (Washington D.C.) también eran 2,520 años.
El segundo gran ciclo de 2,520 años, claro, involucra Jerusalén, que era la capital del reino sureño de Judá. Aquí de nuevo vemos la relevancia de este tiempo largo ("grande") de tribulación de 2,520 años.
En este caso vemos que el británico general Allenby tomó Jerusalén del imperio otomano (Turquía moderna) en 1917 hacia el fin de la Primera Guerra Mundial. Esto puso Palestina bajo mando británico que estableció las condiciones para el estado judío treinta años después.
Al mismo tiempo vemos el levantamiento de una nueva Babilonia en 1914 en forma del sistema de la Reserva Federal. Este sistema fue una nueva forma de cautividad babilónica, como profetizado en el libro de Apocalipsis.
La mayoría del vigésimo siglo, entonces, vio el reino de esta bestia financiera de la tierra (Apocalipsis 13.11). Vino a poder en ambos el Este y el Oeste. Las familias bancarias privadas habían subido firmemente al poder durante el precedente siglo, y en 1914 ellos pudieron instituir un golpe clandestino en que tomó mando del sistema financiero americano [EEUU]—y de hecho, el mundo entero.
Los dueños privados del Banco de la Reserva Federal proveyeron el financiamiento de Lenín, Trotsky y otros revolucionarios "rusos" en el Este para establecer un nuevo formulario de esclavitud conocido como comunismo. La llamada revolución rusa, entonces, tuvo éxito el 7 de noviembre, 1917, sólo unas semanas antes de que Allenby tomara Jerusalén. Este día era después famoso como el día de la revolución en la nueva Unión Soviética.
Así que la mayoría del vigésimo siglo fue una repetición de la cautividad de Judá y Jerusalén en un ciclo de 2,520 años. Esto empezó a acabarse en el 70º aniversario de la revolución, cuando el presidente soviético Gorbachev pronunció su discurso famoso ante el soviético supremo el 7 de noviembre, 1987. Este discurso marcó el principio del fin, y dentro de unos años, la Unión Soviética dejó de existir.
Esto es importante para nosotros, porque 1987 también cumplió 2,520 años después de que la cautividad de los setenta años de Judá terminó en 534 a.C. La liberación de los cautivos de Judá coincidió proféticamente con la liberación de la gente de Europa oriental de la opresión de Rusia soviética.
Así la cautividad moderna de los 70 años bajo comunismo en la Unión Soviética de 1917-1987 sucedió precisamente 2,520 años después de la cautividad de Jerusalén a Babilonia de 604-534 a.C. Con entender el ciclo de "siete veces" de tribulación, podemos ver que una porción grande de la tierra fue puesta bajo la tribulación del "yugo de hierro", en lo que Winston Churchill llamó "la cortina de hierro".